1. EL FENIXISMO
En
 el Fenixismo, religión pagana ancestral, existen
 únicamente dos dioses, el Dios sol Fénix, señor del orden y de
 las estrellas y el Dios de la muerte Melkyor, señor del caos y
 las profundidades. Explica el origen de todo a través de la teoría
 del Baile de fuego celestial en la cual se detalla como
 los restos de la materia celestial de la estrella primigenia y la
 materia oscura del universo crearon a los dos dioses para finalmente
 éstos crear a los habitantes de Thera.
El fenixismo nos
 cuenta que el dios Fénix ha sido
 siempre eterno, que durante mucho tiempo vagó por el espacio
 dividido en millones de diminutas partículas divinas hasta
 finalmente asentarse en el universo para formularse a sí mismo como
 un ave reuniendo todos los haces de luz para después prenderse en
 fuego iluminando así todo el cielo y dando origen a la creación. Al
 final de cada día, cuando las llamas comienzan a perder su poder y
 el fuego comienza a apagarse, el Fénix vuela
 hasta más allá de las montañas del final del horizonte para
 descansar. Allí permanece y recupera fuerzas dentro de un
 gigantesco huevo durante toda la noche. Éste huevo es conocido como
 la Luna, y la tenue luz que irradia son las llamas
 del Fénix prendiendo de nuevo en su
 interior antes del nuevo amanecer.
Por otro
  lado tenemos al dios oscuro Melkyor, el cual también
  eterno se formó a partir de toda la materia oscura y carente de
  luz del universo, convirtiéndose en un ente inmaterial sin forma
  alguna definida. Menos poderoso que el fénix y fuertemente celoso
  de su creación, decidió refugiarse de sus poderosos haces de luz
  solar en el interior de Thera, dónde se alimenta de todo lo que
  muere y yace bajo la tierra. Allí permanece y captura a las
  personas que han sido malvadas en vida para reforzar
  su poder con odio y tratar algún día de vencer al dios Fénix
  para traer así la oscuridad y el frío eternos al universo.  
  
2. EL MISTICISMO 

El
  Misticismo es una religión politeísta. En ella, los fieles creen
  en la existencia de diferentes entes relacionados con fenómenos
  naturales y sociales que existieron en la antigüedad en la forma
  de gigantescas criaturas de diferentes formas y apariencias
  conocidas como Titanes. El paganismo también cree en el Fenixismo
  y de hecho, éste es fundamental y sin él no se podría cimentar
  la teoría de la creación de los Titanes. Éstos son creaciones
  directas del Fénix originadas por los restos de las particulas de
  su materia celestial caídas sobre Thera. La conocida como estela
  rutilante.
El
  primer y más anciano de todos fue el gran Morthrûm, surgido de
  las mismas rocas del espinazo montañoso del mundo, de nevados y
  nebulosos cabellos. Su poder pétreo y su capacidad para modificar
  la tierra no conocían fin. Junto a él, entre el hielo, con el
  soplo del poderoso viento del norte despertó Velvedsika. Señora
  guardiana del conocimiento y primera estudiante e investigadora
  siempre atenta a los hechos acaecidos en Thera. 
  
Rilifeyn surgió furioso, entre un grito ahogado y una gran aspiración de las aguas del océano. Calmado y serio, pero de bruscos y terribles cambios de humor. La dulce Melidan en cambio abrió sus ojos entre el follaje natural del bosque ancestral. Finalmente por otro lado, nacieron de la unión del seno terrestre, el bosque y el mar, Riwerbind y Behemot, hermanos gemelos y los Titanes más altos y portentosos. Uno portador del gran poder de la estela rutilante, adorador y fiel seguidor de la vida arcaica que plagaba por entonces Thera y otro permanentemente furioso, belicoso y opuesto a la diplomática postura de su hermano. Su gran elocuencia y su mayor disfrute (la destrucción de las creaciones ajenas) fue causa de gran desazón y muerte durante la gran guerra civil que aconteció en la era anterior a los hombres.
El
  paganismo otorga una realidad compleja
  mayor a todo lo que acontece en la vida, cargando de espiritualidad
  y divinidad todos los hechos inexplicables de la creación y la
  vida. Cada elemento vivo de Thera posee un espíritu
  propio y el conjunto de varios de ellos se haya bajo el dominio de
  un Titán. La adoración de todos los Titanes o dioses en general
  es importante pues al final de la vida, formarán un
  consejo divino dirigido por Velvedsika, señora del conocimiento
  y se juzgará la actuación en vida de cada persona para ser
  llevados al eterno hogar del gran padre dios  Fénix a través de la
  barca celestial de Behemot.
3. EL SETISMO

Los
  seguidores de Set no creen en ninguna otra deidad y son por tanto
  fieles monoteístas. Conocidos como Setitas, creen que los dioses
  nunca han podido ser gigantes ancestrales nacidos del universo y
  que realmente, el único dios verdadero Set, aún vive, siendo
  por siempre, eterno y atemporal.
Se
  cree que viaja por todo el universo montado en su gran cuadriga de
  oro y que vive en una
  gigantesca pirámide de oro y plata fulgurante en la lejanía del
  espacio donde reposa y juzga a los muertos para finalmente
  ofrecerles un lugar dentro de ella según sus acciones pasadas. 
Acompañado
  siempre de sus cuatro fieles corceles: Agua, tierra, aire y fuego, Set vigila todas sus
  creaciones, cuidando que el fuego eterno de las estrellas no se
  apague, iluminando el mundo durante el día a través del reflejo de la luz de las
  estrellas sobre su maza y ocultándolo con su capa azul por la noche permitiendo así, el descanso de todas sus criaturas. 
  
Su
  forma natural es humana, una figura luminosa bañada en oro con forma de hombre. Y aunque sus apariciones para con la
  humanidad han sido realmente muy escasas a lo largo de la historia,
  siempre aparece para avisar de hechos importantes que han de
  acontecer acercándose a la tierra junto a su flagrante cuadriga y
  brillando gracias a su gran velocidad como si fuese una estrella
  que se mueve rápidamente por el cielo. 
  
4. EL SETTO'ONISMO
El Setto'onismo es una religión monoteísta, que reniega y repudia todas las demás
  religiones y dioses existentes. El Setto'onismo es de todas las
  religiones masivas y más extendidas por Thera, la más moderna.
  Sus bases son la buena conducta humana desde un enfoque espiritualista y
  la obligatoria necesidad de extender su palabra por toda Thera
  hasta eliminar la herejía que está acabando con tantas buenas
  almas.
Se considera que Setto'on es
  omnipotente e inalienable. Dios está en todas partes, no es humano
  y es capaz de todo lo imaginable. No posee forma humana ni puede
  ser representado como tal. Cualquier tipo de
  representación o adoración a símbolos religiosos está prohibida.
Con
  una profunda base religiosa en la conducta humana, se busca que los
  hombres se amen y se respeten por igual. Se ayuden los unos a los
  otros como hermanos. Se exige ponerse en el lugar de otro y por
  tanto no controlar ni tratar a los hombres como pertenencias u
  objetos. Solo así el hombre conseguirá trascender de la vida
  terrenal al paraíso celestial del que proviene Setto'on a través
  de sus portales divinos situados en la luna. Tan solo las “voces
  de Setto'on”, hombres que han recibido su mensaje por iluminación
  espiritual y que son capaces de conectar con dios en sueños, son
  los únicos verdaderamente capaces de organizar y gobernar a los
  hombres. Pues ellos son sabios y puros de corazón. 
  
La
  luna por tanto es el único símbolo divino que es reconocido por
  Setto'on. En ella se encuentran las puertas del paraíso a las
  cuales tan solo podemos llegar tras la muerte y en ellas se juzga
  si los hombres han sido fieles a la buena conducta Setto'onista o
  no. En tal caso, las puertas permanecerán cerradas para ellos
  obligándoles a vagar eternamente por el vacío hasta que limpien
  el mal de sus actos o encuentren solución a sus pecados. Para el
  Setto'onismo es realmente triste que todavía haya hombres que no
  sigan su único y verdadero camino religioso,
  perdiéndose por tanto tantas vidas en ese vacío. Y por ello es
  obligatorio extender la palabra de Setto'on por el mundo así como
  la búsqueda de la conversión de todos los infieles que aún no
  han encontrado el auténtico camino de la buena conducta que
  Setto'on nos envía. 
  
 


